martes, 1 de diciembre de 2009

Nicaragua: el origen del sandinismo



A principios del siglo XIX, Nicaragua se había liberado del dominio español, y pasó a formar parte de las Provincias Unidas del Centro de América, junto a Costa Rica, Honduras, Guatemala y El Salvador. Poco después, en el año 1838, y como consecuencia de las continuas tensiones internas entre estos países, Nicaragua proclamó su independencia.


Desde entonces, la dependencia respecto a Estados Unidos se hizo cada vez más pronunciada, ya que desde el país norteamericano se buscaba controlar el país con la idea de construir un canal parecido al de Panamá. El Banco Nacional, las aduanas, el ferrocarril… estaban bajo el dominio norteamericano.
En 1933, tras seis años de lucha, las fuerzas del líder rebelde nacionalistaAugusto César Sandino expulsaron a los estadounidenses. Pero poco le duró la alegría al líder nicaragüense, puesa apenas un año después fue asesinado a traición por Anastasio Somoza, jefe de su Guardia Nacional. Fue uno de los mayores desastres que le pudo ocurrir a su país, pues llegó a convertirlo practicamente en su finca personal, saqueándolo y empobreciéndolo. Una décima parte de las tierras de cultivo del país eran suyas y acumuló un patrimonio increíble gracias al apoyo de Washington, al que se vendió. Nicaragua se rindió a los mandatos de Estados Unidos, hasta el punto de que se la llegó a considerar una extensión más del propio país norteamericano. Pero como era de esperar, el dictador nicaragüense fue también asesinado en 1956. Le sucedieron sus hijos, Luis y Anastasio, pero algo había cambiado.

En 1961 nació el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), brazo armado y político de gran parte del pueblo. Se convirtieron en la principal fuerza opositora del Gobierno, y sus acciones empezaron a tomar cada vez mayor relevancia, como aquélla en que tomaron una embajada y tomaron como rehenes a numerosos diplomáticos internacionales. Poco más tarde, un comando liderado por Edén Pastora asaltó el Palacio Nacional. Diversos familiares de Somoza y ministros del Gobierno fueron capturados. Pero el despotismo y la represión del Gobierno nicaragüense no remitía, e incluso se recrudecía.
El punto clave que determinó que el pueblo se decididera a luchar contra la dictadura de Somoza fue el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, periodista que, desde las líneas de su periódico, siempre había denunciado los excesos del presidente.
En 1979, acosado por la rebelión popular, Somoza tuvo que huir. La guerrilla sandinista entró en Managua como héroes. Por todas las calles se leía la frase “Bienaventurado el vientre que parió a un combatiente sandinista“.
Bajo Gobierno sandinista la educación o la sanidad pasaron a ser gratuitos. Se implantó una reforma agraria y se repartieron las tierras expropiadas a los somocistas. Pero una vez más, Estados Unidos no se quedó con los brazos cruzados. Ronald Reagan acusaba a Nicaragua de marxismo, y ocultamente, financió la contrarrevolución armada, la conocida Contra. Decretó un embargo comercial contra Nicaragua, y eso, prácticamente, hundió a la economía del país, que se basaba en las exportaciones a Estados Unidos. Muchos campesinos luchaban por la idea de la propiedad de las tierras, y no querían que fueran del Estado. Unos y otros desgastaban día a día al gobierno sandinista.
El caos financiero en el país era cada vez mayor. Acuciados por el embargo, y sobre todo, por los gastos militares que conllevaba la lucha ante la Contra nicaragüense, el pueblo vivía en la ruina.
En las elecciones generales de 1990, el pueblo se decidió por la viuda del periodista asesinado, Violeta Chamorro, buscando la paz interna en el país. Pero, a pesar de que al menos las tensiones guerrilleras parecen haberse detenido, y de que la Contra está desarmándose poco a poco, la economía de Nicaragua está en una espiral de la que no puede salir. En 1996, Arnaldo Alemán se convirtió en su nuevo presidente, se privatizaron muchas empresas nacionales; el paro aumentó, la inflación se disparó. La dependencia del país de Estados Unidos de nuevo se ha hecho más fuerte, pero aún así, Nicaragua es el segundo país más pobre de América.
El 5 de Noviembre de 2.006, en las últimas elecciones generales, de nuevo un gobierno sandinista está al frente del país. En las manos de Daniel Ortega, su líder, se encuentra la mejora de este pequeño país centroamericano.


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